La Resiliencia es la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas, incluso de salir más fortalecidos de éstas.
La Resiliencia no es una capacidad innata, no se nace con ella, si no que se va adquiriendo y entrenando a lo lardo de nuestra experiencia vital. Por lo tanto, todos nosotros podemos llegar a tenerla.
Adaptarse a las adversidades no significa que no sientas tristeza, rabia o frustración, si no aceptar esas emociones, regularlas y afrontar esas situaciones sin intentar luchar para cambiarlas.
Existen diversas maneras de afrontar los problemas y depende de las estrategias de afrontamiento que disponga cada persona. Las estrategias de afrontamiento son las habilidades que llevamos a la práctica cuando sucede una circunstancia desagradable.
Se conocen dos tipos de estrategias: las adaptativas y desadaptativas. La Resiliencia está incluida en la categoría de Adaptativas.
Tener la capacidad de la resiliencia no quiere decir que no te importe lo que te haya ocurrido, sino que decides sacar un aprendizaje y encontrar una solución.
Para ir consiguiendo esta capacidad, te va a ayudar:
Aprender gestión emocional
Manejar la impulsividad
Ser realista y aceptar la realidad
Aprender de los problemas
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