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  • Foto del escritorPsicología Cubillo Serna

Ingesta emocional 5 claves para manejarla



Intenta identificar qué señales te está mandando tu cuerpo, si sientes hambre física o emocional, qué te apetece comer realmente, qué función está cumpliendo comer en ese momento... y cuando estés haciéndolo, pon el foco en tus señales de saciedad 


Pon atención a lo que  comes, focalízate en los matices, las texturas, colores, sabores, etc. Introduce un pequeño trozo de ese alimento en tu boca y fíjate en cómo se deshace en tu boca. ¡Descubre matices que se suelen escapar cuando comemos rápido y sin pensar! 


Aunque lo que vayas a comer sea algo “rápido” o un “picoteo”, pon la mesa, siéntate, apaga la tele, deja el móvil...para poder focalizarte en lo que estás haciendo. 

Come despacio, con cubiertos, como si fuese una “comida principal” 


Si ya has identificado que has comido de manera emocional, identifica qué emoción estás sintiendo y por qué te ha llevado a la comida. ¿Está ocurriendo algo en tu vida? ¿Cómo te estás sintiendo? ¿Qué necesitas? ¿Qué puedes hacer para sentirte mejor? No pases la emoción por alto ¡es importante y te está avisando de que está ahí!


No te critiques ni fustigues por lo que ha ocurrido (sea lo que sea lo que hayas comido y de la forma que sea). Eso no va a ayudarte, si no que hará que te sientas culpable.

Intenta comprenderte, perdonarte y ayudarte. 


Si necesitas más ayuda e información escríbenos a:

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